Amados,

Como la mayoría ha escuchado, esta mañana un tiroteo masivo sucedió en la Iglesia Católica Annunciation (Anunciación) en el sur de Minneapolis durante una misa escolar, hiriendo a docenas y matando al menos a dos niños que asistían a la misa. Dios, ten piedad.  

Padres e hijos, miembros de la comunidad y vecinos, están lidiando con cómo responder a este impactante acto de violencia. Nadie debe temer por su seguridad o la seguridad de sus hijos mientras están en la escuela o la iglesia. Mientras aun estamos aprendiendo más sobre lo que sucedió, sabemos que el dolor, el miedo, la conmoción, el trauma y la ira se están extendiendo por Minneapolis y la región. Sabemos que hay varias congregaciones de la ELCA que están en duelo y acompañan a las comunidades de Annunciation y del sur de Minneapolis. Algunos miembros de nuestras congregaciones se han visto directamente afectados, los que actúan como socorristas, los que cuidan a los heridos (en cuerpo y espíritu) en nuestros hospitales locales, los que brindan atención pastoral, los que están a salvo y abrazan a los vecinos y familiares un poco más fuerte, y los que están planeando vigilias y apareciendo en oración o presencia.   

En un momento como este podemos pensar en la lamentación del salmista:  

Sálvame, oh Dios,
porque las aguas me han llegado al cuello. 
Me hundo en un fango profundo,
donde no hay punto de apoyo;
He llegado a aguas profundas,
y el diluvio me arrastra. 
Estoy cansado de mi llanto;
mi garganta está reseca.
Mis ojos se oscurecen por la espera de mi Dios.
– Salmo 69 

En un país donde la violencia armada es la causa principal de muerte de niños, debemos lamentar, llorar y condenar, pero también trabajar juntos para cambiar esta realidad. El mensaje social de la ELCA “Violencia relacionada con las armas de fuego” nos recuerda que “La violencia persistente erosiona el capital social, perjudica las redes sociales y genera desesperanza…” En Minneapolis, estamos llevando el trauma después de sufrir dos días de violencia armada en la comunidad, ya que ayer otro tiroteo mató a una persona e hirió a seis frente a la escuela secundaria Cristo Rey. Como personas de fe, estamos llamados a “hacer la paz hacia una gran reducción de la violencia relacionada con las armas” a través de la defensa, la construcción de la comunidad y la sanación. La omnipresencia de la violencia armada en los Estados Unidos no es una realidad que debamos aceptar.  

Es importante en estos momentos que nos abracemos unos a otros con ternura y oración, y que cuidemos nuestros propios espíritus. Y sabemos que Dios se sienta con nosotros en este dolor, orando con suspiros demasiado profundos para las palabras.  

Mientras planifica la adoración esta semana, mantenga la Anunciación, las familias, las víctimas y todos los afectados en oración. Hay recursos que pueden ser útiles, incluido el lamento comunal suspira demasiado profundo para las palabras. Considere cómo puede mantener un espacio como congregación para la conversación y reflexione sobre cómo podemos trabajar juntos hacia un futuro más justo y pacífico.  

Esta noche, varias comunidades están realizando vigilias de oración y espacio para la lamentación y el cuidado espiritual. Considere unirse a ellos o compartirlos. 

Con compasión, 
Obispa Jen